Basado en el cuento de Jorgue Bucay, «Galletitas» (Ver «Amplía Información»). Una abuelita saca un paquete de galletas de una máquina expendedora, para su sorpresa se topa con un joven que terminará poniéndole nerviosa.

Este corto es un claro ejemplo de la importancia de no juzgar a las personas por su apariencia física y no dejarse llevar por estereotipos sociales, tan arraigados en nuestra sociedad. No es la primera vez que hablamos de estereotipos y prejuicios en @Estimulando. Seguramente todos en algún momento nos hemos formado opiniones en base a un primera impresión acerca de una persona y hemos atribuido casi de forma inmediata características generalizadas sobre su personalidad (por ejemplo, como en el vídeo, «los jóvenes son unos maleducados»). El comportamiento de la abuelita le afecta a la hora de establecer una comunicación libre y sin prejuicios e impide que vea la realidad tal y como es. Sin duda desde la ventana del tren esta viejecita se arrepiente de no haberse relacionado de otra forma con el joven. En definitiva, comportarnos así, juzgando y dejándonos llevar por primeras impresiones nos aleja de las personas, nos quita la oportunidad de conocerles y ver qué pueden aportarnos.

También nos gusta este corto porque hace referencia a la generosidad de las personas, un valor y una cualidad que no sólo significa compartir u ofrecer bienes materiales, sino que va mucho más allá e implica ofrecer nuestra ayuda sin esperar nada a cambio.

«La verdadera generosidad es un intercambio de consecuencias imprevisibles. Es un riesgo, porque mezcla nuestras necesidades y deseos con las necesidades y deseos de los demás», de A. Phillips e B. Taylor, “Elogio de la bondad”.

Reflexiona y actúa