Experimento de conformidad social en el ascensor
¿Para qué te sirve?
El vídeo muestra uno de los experimentos de la psicologóa social más interesantes sobre conformidad grupal. Con este experimento, el psicólogo Solomon Asch demostró cómo una persona puede llegar a perder su individualidad para no quedar mal socialmente.
Con él quiso demostrar cómo esta influencia social nos lleva a cometer acciones sin sentido para evitar el rechazo de las personas que nos rodean. Consistía en lo siguiente: Si una persona se encontraba en un ascensor y entraba un grupo, y éstos se ponían a sus espaldas, ¿qué haría la persona que ya estaba en el ascensor? ¿Se quedaría mirando hacia la entrada o seguiría la acción del grupo que acababa de entrar al ascensor (aunque fueran personas desconocidas para él)?
¿Por qué ocurre esto? Tenemos que retrotraernos a la Prehistoria. Los seres humanos somos mamíferos sociales que nos movemos en manadas. Nuestro desarrollo como especie dependió de la supervivencia en grupos y, para sobrevivir en grupos, necesitamos adaptarnos. El individuo que no se adaptaba a su grupo era más probable que muriera. Por lo tanto, se podría decir que nuestros ancestros que lograron pasar sus genes de forma efectiva tenían que adaptarse a su sociedad, y este comportamiento lo heredamos nosotros.
Si bien es cierto que adaptar nuestro comportamiento al grupo y perder la individualidad nos beneficia como especie, esto podría llevarnos a ser fácilmente manipulados. Este principio psicológico es el mismo que aplica en la mente de las personas que cometen actos crueles siguiendo el comportamiento de su grupo. Es por ello que debemos cuestionar el propósito de nuestras acciones.
Reflexiona y actúa
¿Te sientes identificado con el sujeto del experimento? ¿Te ha ocurrido en algún contexto? ¿En cuáles?
¿Qué contextos o normas corporativas minan la individualidad? ¿Qué te impide cambiar las normas establecidas? ¿Qué te impide ser diferente al resto? ¿Qué ganarías con ello? Si estuvieras en ese ascensor ¿ Qué pasaría si no te dieras la vuelta? ¿Qué es lo peor que podría ocurrirte? ¿Estás dispuesto a intentarlo?
¿Para qué a veces limitamos nuestra conducta por plegarnos a unas normas que quizás no sean acertadas o correctas? Es necesario preguntarnos, ¿para qué lo hago?
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